jueves, septiembre 25, 2025

«Las startups son el motor de empleos de calidad y dinamismo económico»

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Con casi 30 años de experiencia en inversión en América Latina, Diego Serebrisky se ha consolidado como uno de los líderes más destacados del venture capital en la región. Comenzó su carrera en Advent International, una firma global de capital privado, donde durante 15 años lideró inversiones en compañías grandes y maduras y abrió las operaciones en Bogotá, Colombia. Hace más de una década y media, decidió enfocarse en venture capital, cofundando Dalus Capital, un fondo con enfoque de impacto que respalda startups latinoamericanas de alto potencial en áreas como fintech, edtech, healthtech, HRtech, innovación climática y productividad empresarial. Entre sus inversiones más reconocidas se encuentran los unicornios Clip y Technisys, y actualmente forma parte de los consejos de varias startups en crecimiento.

En el marco del Volcano Summit 2025, Diego participó en un espacio donde se debatió cómo el capital local puede impulsar la innovación y el emprendimiento en América Latina. Durante su intervención, compartió su visión sobre la importancia de destinar recursos a startups regionales, el papel de los fondos institucionales y el potencial de los emprendedores centroamericanos para generar impacto si adoptan una mirada regional.

En esta entrevista con Entorno VC, Diego profundiza en su trayectoria profesional, reflexionando sobre cómo su experiencia en Private Equity y Venture Capital le permite identificar oportunidades en un universo de cientos de miles de startups cada año. Además, analiza los momentos clave que definieron su enfoque como inversionista, la diferencia que marca invertir desde América Latina frente a fondos internacionales, y su motivación personal por apoyar proyectos que no solo generen retornos financieros, sino que también tengan un impacto positivo en la sociedad y en el planeta.

A continuación, parte de la conversación:

Con una amplia experiencia en tecnología y negocios internacionales, ¿Cómo ha influido su trayectoria en la forma en que identifica oportunidades y apoya startups en América Latina?»

Llevo casi 30 años invirtiendo en compañías en Latinoamérica. Durante la primera mitad de ese tiempo me dediqué al Private Equity, enfocándome en empresas grandes y maduras. Sin embargo, desde hace unos 15 años me concentro en el Venture Capital, invirtiendo en startups emergentes, principalmente de base tecnológica.

Con la experiencia de analizar tantas empresas y conversar con tantos emprendedores y fundadores, uno va desarrollando la capacidad de identificar tanto las oportunidades como los retos que enfrentan. Ese es justamente el proceso que seguimos en equipo: decidir en qué startups vale la pena invertir.

Para dimensionarlo, revisamos hasta 800.000 oportunidades cada año, pero solo terminamos invirtiendo en unas 5 o 6. Es decir, hacemos un filtrado enorme para identificar cuáles proyectos se alinean con nuestra estrategia y, sobre todo, cuáles creemos que tienen la mayor probabilidad de éxito.

¿Qué momentos considera que fueron clave para definir su enfoque como inversionista y líder en capital de riesgo?

Empecé mi carrera trabajando en un fondo grande y global llamado ADVENT. Durante esos primeros años tuve buenos resultados en algunas inversiones importantes, lo que me permitió desarrollar sólidas capacidades en el mundo de la inversión. Eso se complementa con mis propias habilidades: soy una persona muy analítica, y esa característica me ha ayudado bastante a lo largo del camino. Desde hace ya varios años he estado liderando inversiones, primero en compañías grandes y maduras, y en los últimos más de diez años enfocado en el ecosistema de startups.

En el Volcano Summit 2025 se hablará sobre cómo el capital local puede impulsar la innovación en América Latina. Desde su perspectiva, ¿Qué diferencia marca invertir desde la región frente a fondos internacionales?

Para el capital latinoamericano, es clave que los grandes inversionistas de la región incluyan en su portafolio una parte destinada a startups locales. ¿Por qué? Porque son estas empresas las que impulsan el dinamismo económico: están creciendo, generan empleos de calidad, crean oportunidades, producen riqueza y son esenciales para el desarrollo de nuestros países.

Desde hace más de 20 años vivimos en un mundo cada vez más tecnológico y digital, y con la llegada de la inteligencia artificial ese proceso se ha acelerado aún más. Para que América Latina no se quede atrás, necesitamos capital que impulse este crecimiento. Justamente porque la región parte de un rezago en comparación con otras partes del mundo, existe una enorme oportunidad de expansión y, con ello, la posibilidad de obtener atractivos retornos financieros.

Por eso, el capital institucional —fondos de pensiones, aseguradoras, family offices— debería destinar una fracción de sus recursos al venture capital y a los startups latinoamericanos. Los resultados ya están a la vista: fondos pioneros, incluidos el nuestro y los de colegas en la región, han demostrado excelentes retornos. Ahora necesitamos que más inversionistas se sumen para sostener y escalar este impacto en los próximos años.

Mirando hacia el futuro de la innovación y el emprendimiento en América Latina, ¿Qué lo motiva personalmente a seguir apoyando a startups y qué visión tiene sobre el impacto que pueden generar en la región?

Mira, nosotros somos un fondo de venture capital con un enfoque claro en impacto. No se trata solo de obtener buenos retornos financieros, sino de asegurarnos de que las startups en las que invertimos generen un impacto positivo en la sociedad y en el planeta. Y lo estamos viendo en la práctica.

En Latinoamérica existen grandes brechas en acceso a servicios financieros, salud y educación. Creemos que las herramientas tecnológicas pueden ampliar y mejorar ese acceso, beneficiando directamente a nuestras comunidades. Lo mismo ocurre con los temas medioambientales.

Hoy vemos startups que trabajan en la mitigación de emisiones y en la adaptación al cambio climático, y esas son soluciones que necesitamos con urgencia. Si logramos que más emprendedores de la región —que entienden profundamente nuestras necesidades— desarrollen estas iniciativas, los beneficios alcanzarán a toda Latinoamérica. Y eso es lo que más me entusiasma de nuestro trabajo.

En América Latina, países como Brasil, México o Argentina suelen atraer gran parte del capital. Sin embargo, también hay naciones como Guatemala donde existen emprendedores con gran potencial. ¿De qué manera puede fluir el capital hacia estos países para impulsar su desarrollo y contribuir a un cambio positivo en la región?

Claro, no todos los países avanzan al mismo ritmo. En naciones más grandes como México o Brasil, este movimiento comenzó antes. Sin embargo, en el Volcano Summit se percibe claramente una energía distinta: un grupo de emprendedores guatemaltecos y centroamericanos que están impulsando propuestas innovadoras, disruptivas y con gran potencial.

Ahora bien, para los inversionistas que vienen de Estados Unidos o Europa puede ser un reto apostar únicamente por un país centroamericano, ya que las economías y poblaciones son relativamente pequeñas. Eso limita, en apariencia, el potencial de crecimiento de una empresa. Pero si los emprendedores adoptan una visión regional, entonces sí pueden escalar sus negocios de manera significativa y convertirse en proyectos atractivos para atraer capital internacional.

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